Literatura escritor libro arte Loco frank capa
Un Libro De Frank Capa
Si yo hubiese estado vestido en harapos de desinterés, con unos pantalones caqui, una remera desteñida, sandalias y si también hubiese sido drogadicto y con treinta y largos y la cabeza rapada y quemada, mi mamá me hubiese sacado a pasear por el centro de la ciudad.
Ella me compraría un libro de arte, una hermosa edición, muy costosa (sobre todo para ella), pero me hubiese comprado el libro y sonreiría al verme entusiasmado.
Si yo hubiese salido de una granja de rehabilitación después de ser llevado de los pelos y los palos y habiendo gritado / maltratado / amenazado a mi mamá porque no está con papá y porque yo no tengo lo que creo me merezco entonces mi mamá, después de haber llorado abrazada a mi hermanita, me hubiese ido a buscar (aunque esperar sea la palabra más apropiada) y viajaríamos en colectivo.
Viajaríamos desde el verdor de la provincia hasta el gris de la ciudad y entraríamos en una librería muy bella y llena de papel y madera en donde el guardia de seguridad nos seguiría de cerca a mi y a mi mamá, pero a mi no me importaría porque a mi siempre me seguirían los guardias de seguridad pero a mi mamá le molestaría un poco y por ello terminaría de decidirse en gastar mucho dinero en un libro de arte, y lo tomaría de un estante que yo le habría señalado como si yo tuviese cinco años pero ya tengo casi cuarenta y estoy despeinado y casi pelado. Mi mamá me tomaría de la mano con mucho orgullo y caminaríamos por los pasillos de la librería, ella con la frente alta y sosteniendo el libro de arte contra su pecho para que todos lo vean bien, para que el guardia y las señoras que tienen mucho dinero lo vean bien, y yo iría casi remontado por ella, mirando tímidamente, babeando un poco la baba que mamá me quitaría con su pañuelo una vez en la cola de las cajas para pagar en efectivo el costoso libro de arte, que es de fotografías, de un cineasta, porque yo miraba muchas películas de chico y me gustaba dibujar y después de todo aquello podría haber sido productor / actor / director pero busque una excusa y me hice drogadicto.
Si yo hubiese cruzado la Avenida Rivadavia con mi mamá y con un sol terrible de verano y el ruido insoportable de los autos y los camiones que tocan bocina y se insultan, mi mamá me hubiese comprado un coca cola y me preguntaría si quiero comer algo, pero aunque sí le diría que no porque ya compró el costoso libro de arte pero ella igual compraría tres alfajores guaymallen de membrillo y me daría uno y ella se comería uno y guardaríamos el tercero para mi hermanita y yo recordaría que hace mucho tiempo que no la veo a mi hermanita, y miraría el libro de arte y me sentiría un mal hermano, ella ya habría llorado mucho por su hermano al que siempre vería golpeado / sangrando / gritando y ella con su carita de espanto en ningún momento me diría nada sin cariño. Por eso le prestaría mi libro de arte, para que pueda ver las fotografías y reírse y asombrarse y yo le explicaría algunas de las imágenes y ella me escucharía atenta aunque mi hablar fuese lento y monosílabo y yo me sentiría un hermano mayor y ella se cansaría antes de finalizar el libro (porque es muy gordo) y se iría a ver un programa de televisión y me daría un beso en la mejilla y me diría que me extrañó y que es muy lindo tenerme de regreso y yo me conmovería y asombraría, sobre todo por esa palabra que es regreso y que es muy madura para estar en los labios de mi hermanita. Y me daría vuelta y mamá estría llorando de contenta como me diría si le preguntaría que le pasa, y cambiaría de tema o lo esquivaría porque diría que cocinó un guiso de arroz, porque además de que me gustaría mucho porque me vería flaco, ya que en la granja porquerías hubiese comido.
Si yo hubiese estado sentado en una mesa con mi mamá envejecida y mi hermanita adolescente rezando antes de comer me asombraría de que se hubiesen aferrado tanto a Dios, a quien le pedirían guarde mi alma todas las mañanas y todas las noches. Yo no hubiese entendido ese credo, y tampoco me interesaría, pero nada hubiese dicho porque bastante habrían sufrido ya y el guiso tendría un olorcito muy sabroso y comeríamos en silencio hasta limpiar el plato con un pan, y luego brindaríamos con soda y mi hermanita levantaría la mesa y mamá le pediría que traiga la sorpresa y ella traería una torta de manzanas que habrían cocinado la noche anterior. La cortaríamos en finas porciones y mamá haría un cafecito batido y la televisión estaría encendida pero no la veríamos, y aunque mientras mi mamá y mi hermanita me hablarían sin parar yo no podría apartar la vista del libro de arte que estaría sobre una mesita ratona que tendría una pata corta. Y yo tendría terror de que se caiga el libro de arte mientras quizás crujiendo los dientes piense o entienda que no estoy bien, y que tendría que dormir un poco, aunque sueñe con el libro de arte y sienta el terror de perderlo y no volver a verlo.
También podría soñar con la realidad, en la cual entiendo que no soy el que sueña el sueño y en la cual me lavo las manos con detergente después de estrecharle la mano a alguien.
M.S.
Autor: MaxSpinoza
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