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LA SENDA DE WALT DISNEY - DIBUJOS Y DÓLARES ANIMADOS
Robert Conyngham - Periodista de Los Angeles, Estados Unidos. Traducción del inglés y versión abreviada de Jorge Lomuto - El Arca, Nº 52, Año 10 - Marzo 2002
Hace 48 años, un hombre nacido en los albores del siglo XX afirmaba: "Estoy convencido de que los animales son, en cierto modo, la gente más interesante del mundo. Durante 25 años he creado dibujos animados para divertir al público. He estudiado animales verdaderos como modelos del Ratón Mickey, del Perro Pluto y otros personajes, y les he agregado rasgos humanos con fines humorísticos. Pero cuanto más he observado el mundo de los pájaros, los cuadrúpedos, los peces y los insectos, tanto más me he convencido de que los animales verdaderos son más maravillosos e interesantes que cuanto pueda concebir la imaginación."
Tal vez resulte innecesario aclarar que se trata de Walt Disney (Walter Elias Disney), de quien el 5 de diciembre último se cumplió el centenario del natalicio, y alrededor de cuya personalidad han surgido a la consideración muy disímiles aspectos. En efecto: tras la aureola que lo consagra como el dibujante más célebre, con el mérito de haber montado una corporación de primera línea que opera en las más diversas latitudes, se abren rincones oscuros que hablan de un carácter atormentado y egocéntrico, inestabilidad emocional, problemas conyugales, falsa autoría sobre algunos personajes, así como actitudes de delación política y discriminación.
Introductor del sonido, el technicolor y las cámaras multiplanos en los dibujos animados, su muerte originó la leyenda según la cual, poco antes de que se produjera el deceso, fue sometido a un proceso de hibernación para conservarlo con vida hasta que surgiera la panacea que venciese al cáncer. En la actualidad, mientras todo niño sueña con viajar a Disney World, en Florida, o a los Disney-land de California, París o Tokio, en ciertos cine clubes infantiles está prohibida la filmografía de Disney por considerársela antipedagógica y. en la última etapa, racista.
Con acordes de violín
Elias Disney (1859-1941) era un modesto irlandés que esperaba, con la consiguiente inquietud, el nacimiento del cuarto de sus cinco hijos. En momentos en que su mujer, Flora Cali (1868-1938), se aprestaba a dar a luz, el hombre pasó a una habitación contigua, tomó su violín y, para atenuar la ansiedad, interpretó una antigua música de su patria. Entre los sones de esa melodía nació Walt Disney. La humildad de la vivienda paterna contrastaba, en la evocación, con lo que mucho después constituyó la residencia de quien fue poseedor de una inmensa fortuna. Era el 5 de diciembre de 1901, en la ciudad de Chicago.
Tal la versión oficial. Otras fuentes afirman que Walt vivió gran angustia, pues nunca llegó a comprobar si era realmente hijo biológico del hogar en el que se crió, o si había sido adoptado enseguida de nacer. En Walt Disney, Hollywood"s Dark Prince (Walt Disney, el príncipe tenebroso de Hollywood), Marc Eliot. el más crítico de sus biógrafos, expresa que, al solicitar Walt una partida de nacimiento para ingresar en el Ejército, descubrió que no existía rastro de él en el Registro Civil. Se tejió entonces la conjetura de que habría nacido en Mojácar, Almería, y que sería hijo ilegítimo de José Guirao, un hombre casado, e Isabel Zamora, que emigró con el niño a América, donde lo dio en adopción a la familia Disney. La insistencia temática en cuanto a casos de abandono infantil, presente en películas como Blancanieves, Cenicienta, Peter Pan, Pinocho, Bambi, Dumbo y Los 101 Dálmatas, cuyos personajes centrales se debaten en la orfandad o en la búsqueda de protección materna y paterna, parece proveer a esas teorías. Una especial congoja, no exenta de cierto cargo de conciencia, embargó a Walt Disney al fallecer su madre en 1938, intoxicada por las emanaciones de un calentador de gas, que él mismo había ayudado a instalar. También en eso se manejaron algunas hipótesis acerca de un posible suicidio.
Cuando contaba 11 años de edad, Walt vendía golosinas en la estación de tren de Kansas City, donde su padre tenía una parada de diarios. Walt y Roy Oliver, uno de sus hermanos mayores, realizaban el reparto de periódicos. En enero de 1917 apareció en un cabaret de los suburbios de Chicago haciendo una imitación de Chaplin, lo cual constituyó un fracaso, por lo que resolvió archivar sus pretensiones de ser actor. La guerra no le dio tiempo de tentar otras tareas, pues se había inscripto como voluntario en el Ejército, que le asignó la conducción de una ambulancia, con la cual desempeñó en Europa una riesgosa labor en el frente, socorriendo a heridos.
Galería triunfal
Tras el fin de las hostilidades, la Academia de Bellas Artes de Chicago recibió al alumno Disney, que intentaba abrirse paso merced al dibujo publicitario y las tiras cómicas. Eran los tiempos del surgimiento del cine, que florecía en un barrio de Los Angeles. Para contribuir a esa aventura -según la denominaron muchos por entonces-, gran cantidad de personas aportaron fondos. Walt se asoció con su hermano Roy; con 500 dólares que les prestaron, alquilaron un garaje en Hollywood, en la calle Kingswell N° 4406, local que, hacia 1960, se convirtió en un museo sumamente concurrido. Walt construyó una cámara y Roy atendía el aspecto financiero. Con mezcla de dibujos animados y personajes de carne y hueso, nació la primera película: Alicia en el país de las maravillas, a la que siguió Las aventuras del conejo Oswald. Competían con Fábulas de Esopo (de Paul Terry) y El gato Félix (de Pat Sullivan). Cuando ya se veían superados por estos últimos, ocurrió -según se dijo en fuentes familiares- que Walt contempló con atención a un pequeño ratón que se había introducido en el garaje. Trazó varios dibujos, que dieron origen al Ratón Mickey. A través de todos los tiempos, de ahí en más, sería ése el personaje más famoso. Nació como Mortimer, en Plañe crazy, en 1928, y poco después, el 18 de noviembre de dicho año, ya con su nombre y la voz de Disney, en Steamboat Willie, tuvo su iniciación oficial, a partir de la cual protagonizó 120 cortos. Sin embargo, según una versión, Micky Mouse, esa figura que otorgó a Walt Disney fama universal, no habría sido ideado por él. Se afirma que el simpático roedor, tal como ha sido ampliamente difundido, responde a la concepción de Ub Iwerks, amigo de juventud de Walt y auxiliar importante en el estudio de éste. La mencionada especie agrega que Disney tenía fama entre sus empleados de ser medio-ere dibujante y, en cambio, un genio en cuanto a la autopromoción. Y que lo mismo que con Mickey habría sucedido con el Pa-to Donald, Pluto, Goofy y otras imágenes que le proporcionaron celebridad y caudales.
Esa galería triunfal continúa con Pluto, que se presentó en The Chain gang el 18 de agosto de 1930 y protagonizó 48 cortos entre 1937 y 1951. Un número similar registra (de 1939 a 1965) Goofy, otro perro al que -a diferencia de Pluto- se vestía como hombre, hablaba y caminaba verticalmente, y que había surgido en 1932 en la película Mickey"s Revue, la número 41 del popular ratón. Cuando en 1933 se estrena Los tres chanchitos, se populariza la frase "¿Dónde está el lobo feroz?", que era pronunciada con aire desafiante, hacia otro personaje de la obra, por los pequeños cerdos que, con trajes y corbatas, ejecutaban en la película melodías con sus violines.
El 9 de junio de 1934 aparece por primera vez, en el corto The wise lit-tle hen, el "vanidoso, malhumorado y parlanchín" Pato Donald (128 cortos entre 1936 y 1961), que llegó a eclipsar en fama a Mickey en los años "40, década en la cual se publicó en Buenos Aires una revista infantil denominada Pato Donald, de menudas formas y escasa duración. También, en uno de esos años, se editó un álbum para figuritas de colección que reunía a personajes de Disney. En el segundo corto de Donald (Don Donald, 1937) aparece la novia de éste, Daisy, que intervino solamente en 14 filmes, en tanto que Minnie, la novia de Mickey, fue vista en 73 cortos, a partir de Steamboat Willie.
La fecunda producción se enriquecería, años más tarde, con Fantasía, un largo metraje poético y musical, y con el surgimiento de realizaciones que, pasando por Peter Pan, Blancanieves y los siete enanitos, Dumbo, Bambi, Los tres caballeros, El aprendiz de brujo, La noche de las narices frías, Tarzán, Aladdin y otras, han tenido análoga repercusión en entregas más recientes, como El jorobado de Notre
Dame, El rey león y La bella y la bestia.
Progreso y conflictos
Antes de toda la trayectoria descripta, los hermanos Disney trabajaron seis meses en la adaptación para el cine de Caperucita roja, el famoso cuento del escritor francés Charles Perrault (1628-1703) y realizaron también fábulas antiguas con enfoque moderno. Vendieron siete de esos filmes a una distribuidora de Nueva York, que poco después quebró. Persistieron en su labor, hasta que un empresario les sugirió que enviaran una nueva copia, para tentar suerte en otra empresa. Entonces tuvieron éxito: la prueba conformó y les pidieron más producciones. El brillante trayecto estaba en marcha y ya no se detendría. La prosperidad de los Disney coincide con el surgimiento del cine sonoro: Al Jolson (1885-1950) estrena El cantor de jazz. Era el año 1927. En reunión de sonido, color e imágenes en movimiento, se impulsa la era del dibujo animado, con las características que rápida y sólidamente han cobrado dimensión mundial. En la publicación en dos tomos de gran tamaño denominada El cine (Librería Editorial Argos S. A., Barcelona, 1965), con trabajos de varios autores, Tomás G. Larraya refiere: "El verdadero creador de los dibujos animados cinematográficos fue, sin duda alguna, el dibujante humorista francés Emile Cohl (este fue su nombre artístico, el cual empleó invariablemente como dibujante: su auténtico apellido era el de Courtet.) Aunque notable dibujante, era tan inteligente que al principio, por ignorar o no dominar la técnica del dibujo animado, se atuvo al dibujo esquemático de seres y cosas puramente lineales, pero muy expresivos y de gran comicidad. Su primera película, de título sugeridor y profético, Fantasmagoría, se proyectó por vez primera en agosto de 1908. Su protagonista, y de varias de las siguientes, fue un muñeco que tituló Fantoche, con lo que fue también el iniciador de los personajes arquetipos característicos de las más sobresalientes películas de dibujos: Félix el Gato. Ko-kó, Mutt y Jeff, Betty Boop, Popeye, Mickey, Donald, Gerald Mac Boing-Boing, Christopher Crumpet, Made-line, etcétera. De 1908 a 1912 realizó películas de dibujos para varias casas productoras de Francia (unas 75 de diferente metraje, desde 36 metros a más de 200). En septiembre del último año citado pasó a Norteamérica, en donde trabajó sin descanso, pero no creó personajes ni películas. Regresó a su patria en 1918.... Señaló también un camino al dibujo animado, ajeno al entretenimiento y a la estética: el de la divulgación científica." Emile Courtet (1857-1938) falleció en un asilo, injustamente olvidado. La formal aparición del Gato Félix, creado por Pat Sullivan, fue en 1919. Popeye, creado por E. Segar para publicidad, en 1928, fue después popularizado en el cine por Max Fleischer, que en 1930 instaló a Betty Boop. Algunos críticos sostienen que el egocentrismo de Walt Disney motivó que, a partir de 1925, el Disney Brother"s Studio pasara a llamarse Walt Disney Studio, pese a la sociedad formada con su hermano Roy, ocho años mayor que él y mediador, desde la infancia, ante la autoridad paterna. Roy era buen administrador y controló siempre los números de la empresa. Cuando su hermano se casó, Walt, que salía con su secretaria, Lillian Bounds, le formuló a su vez a ésta una proposición matrimonial, que ella aceptó. Tuvieron dos hijas, Diana y Sharon. Lillian falleció en 1997, cuatro años después que su hija Sharon. Sobrevive Diana -madre de siete hijos-, casada con Ron Miller, propietarios ambos de viñedos en California. Para reivindicar la figura de Walt, produjeron un documental de dos horas que titularon Walt: The Man Behind The Mith (Walt: el hombre detrás del mito).
Roy Oliver Disney, el hermano mayor, murió en 1971. Tras la muerte de Walt (1966), había establecido un sistema colegiado de dirección en el estudio, dejando en la conducción a
su propio hijo, Roy Edward, y a Miller, cuyas desavenencias hicieron que Miller renunciara en 1984. Entonces el sobrino de Walt designó como conductores a Michel Eisner (actual presidente de la compañía), Jeffrey Katzenberg (titular de la Dream Works, que fundó con Spielberg) y Frank Wells, quienes lograron que la empresa resurgiera, al producir el famoso éxito ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Esta película había costado 82 millones de dólares (50 el rodaje y 32 por publicidad y distribución) y rindió beneficios por 328 millones. Hay quienes definen esta situación como una especie de ironía de la vida, pues el éxito sin precedentes que, merced a sus conductores de ascendencia judía, alcanza la empresa después de la muerte de su fundador, contrasta con el activo antisemitismo que éste ejerció, entre sus censurables actitudes desleales y discriminatorias. Actualmente, Roy Edward Disney remite a un motivo personal el hecho de que el tío haya acaparado la hegemonía de la empresa. Dice que su padre "entendió perfectamente que Walt era brillante y que sus impulsos creativos precisaban el apoyo financiero necesario. Mi padre, en cambio, no quería ser famoso. No quería que lo reconocieran por la calle. Lo que le gustaba era volver a casa, cenar con mi madre y hablar conmigo mientras yo crecía, e irse a la cama pronto." Roy Edward tiene 72 años y hace 35 que está en la empresa, de la que es actualmente vicepresidente y, además, dirige el departamento de animación, al que denomina el corazón del negocio.
Dedos millonarios
Pero volvamos otra vez al pasado, que registra curiosas anécdotas. En cierta oportunidad, alguien le hizo notar a Disney que a Mickey le falta un dedo en cada mano, pues a partir de 1928, es decir, desde su origen, tenía solamente otros tres dedos, además del pulgar. "Nadie pareció notarlo -respondió el dibujante-. El dedo de menos fue una gran ayuda, tanto artística como financiera. Desde el punto de vista artístico, cinco dedos son demasiados para un ratón. Su mano parecería más bien un cacho de bananas. Financieramente, con un dedo de menos en cada uno de los 45.000 dibujos que constituyen un corto de seis minutos y medio, el estudio ha ahorrado unos cuantos millares de dólares. Del mismo modo, siempre que es posible, se utilizan, para acosar a los héroes, leones en vez de tigres, y el estudio se ahorra las rayas..." Verdaderamente, una sutil concepción de la economía. Los acontecimientos relacionados con esas primeras películas revistieron dispares resultados. Mientras otros filmes, luego exitosos, fracasaron en recaudación cuando se estrenaron, Blancanieves reunió ocho millones de dólares en su estreno. La película había costado 1.750.000 dólares, en 1937, y fue el primer largometraje de dibujos. Obtuvo uno de los 31 Osear que ganó Disney, quien fue el primer empresario de Hollywood en producir para la televisión, en la que logró cinco premios Emmy. Pese a ello, hay quienes aseguran que el estudio estuvo constantemente acosado por créditos y deudas.
Disney ingresó en la televisión internacional en 1955. Ese año, los derechos por sus programas emitidos en el extranjero le rindieron 65.512 dólares. Al año siguiente triplicó con creces esa suma: 214.452 dólares. En 1957 la duplicó, al obtener 429.417, monto que en 1958 se amplió a 1.060.254 dólares. En 1959 totalizó 2.500.000 y, en 1960, más de cuatro millones. Su programa Disneylandia, en 1961, se ofrecía por la TV de Austria, Bélgica, Francia, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Argentina, Italia, Luxemburgo, Monaco, Holanda, España, Suiza, Gran Bretaña, Colombia, Cuba, México, Puerto Rico, Venezuela, Arabia Saudita, Australia, Japón, Filipinas y Tailandia. The Mickey Mouse Club, el show de Disney para niños, ya en ese entonces se difundía a muy diversas naciones, entre ellas Austria, Alemania, México, Venezuela, Puerto Rico, Canadá y Australia. Transcurría la era espacial, y Walt colaboró con Werner von Braun (1912-1977), científico alemán nacionalizado estadounidense en 1955, dibujando películas que sirvieron para difundir, en Estados Unidos, un espíritu favorable a la inversión de importantes fondos en la investigación espacial. No quedaba mucho tiempo. El cáncer de pulmón había hecho sus estragos. Fue el 17 de diciembre de 1966. El último en estar junto a él fue su hermano Roy. Como en la empresa. Como en la vida. Como siempre. Todo un símbolo.
Hacia una caza de brujas - Motion Pictures Alliance
En el libro de Marc Eliot se dice que John Edgar Hoover, titular del FBI en 1940, prometió a Walt Disney averiguar su origen a cambio de que se convirtiera en informador. La propuesta fue aceptada, así como lo hicieron Ronald Reagan y la segunda esposa de éste, Nancy Davis. Las ideas ultraconservadores de Walt lo llevaron a sentir aversión hacia quienes consideraba comunistas. Así, además de informar secretamente acerca de la ideología de sus colegas, constituyó la Motion Pictures Alliance for the Preservation of American Ideáis (MPA). Lo acompañaron en el intento otras conocidas figuras, como Gary Cooper, Robert Taylor, Adolphe Menjou, John Wayne y otros de reconocida tendencia ultraconservadora.
La MPA, de la que Walt fue vicepresidente, se ocupaba de denunciar a quienes consideraba, con pruebas o no, que eran izquierdistas, lo cual frustraba sus carreras. Y hasta alguno murió de un infarto, según señala la mencionada fuente. Uno de los perseguidos fue Charles Chaplin, quien debió por ello abandonar Estados Unidos. "El país estará mejor sin el pequeño comunista", según se afirma, expresó el dibujante.
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Autor: jos_nqn
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